Comunicado Prensa PP Zafra

El Gobierno municipal socialista, cediendo a las presiones de otras fuerzas políticas y sociales, ha decidido suprimir la elección de reina y míster de las fiestas alegando el escaso interés popular demostrado con el hecho de que sólo se han presentado 3 chicas y un chico. En su lugar, ha decidido que se entregarán las Medallas de Honor de la Feria Internacional Ganadera, para reconocer a todos «cuantos han participado y siguen participando en la Feria de Zafra».

No entramos en la cuestión de la supresión de la elección de jóvenes locales para aquellas  ocupaciones simbólicas, aunque tal vez podrían haberse buscado otras fórmulas, adaptadas a los tiempos, que siguieran atrayendo a quienes gustan de este tipo de certámenes. Pero lo que nos escandaliza es el anuncio del establecimiento de las Medallas de Honor de la FIG.

Una cosa es el nombramiento de reinas y míster, algo que, como acabamos de decir, tiene un mero valor simbólico y está más cerca de lo folclórico que de cualquier otra consideración, y otra muy distinta es que se otorguen honores por una institución municipal.

En primer lugar, diremos que nuestro grupo, cuyo portavoz es además vicepresidente de la Entidad Ferial, acaba de enterarse por la prensa. En segundo, que esto debería estar sujeto a un consenso sobre el procedimiento. Del mismo modo que cualquier reconocimiento honorífico otorgado por el Ayuntamiento está sometido al trámite que determina el Reglamento Especial de Honores y Distinciones para que cuando alguno de estos se otorgue sea fiel reflejo de la voluntad corporativa, no es de recibo que una institución del peso específico de la Entidad Ferial sea preterida en la entrega de unas distinciones, creadas por la única voluntad del grupo de Gobierno y de su alcalde, y sin buscar fórmulas reglamentarias consensuadas o mayoritariamente avaladas que garanticen que la entrega de los galardones no queden sujetas a la arbitrariedad de la voluntad del alcalde o de su Gobierno.

Se actúa con improvisación, con abuso manifiesto de las instituciones y con olvido del resto de los grupos de la Corporación. La fórmula podría ser válida y no tendríamos inconveniente en apoyarla si se hubiese actuado como la lógica exige: promoviendo un reglamento o cualquier fórmula viable en el seno de la Entidad Ferial, para que con seguridad jurídica y participación amplia se puedan otorgar los reconocimientos a las entidades o personas con méritos demostrados.

Lamentamos profundamente este modo de hacer las cosas, esperamos que el alcalde y su Gobierno rectifiquen y sometan la cuestión a estudio en la Entidad Ferial. No es estrictamente necesario que este año se otorgue ninguna distinción. Se puede esperar, forjar consensos, y hacer que los galardonados sientan que han recibido la confianza de toda una institución, la Entidad Ferial, y no sólo el espaldarazo todopoderoso del grupo gobernante.