Unidas Por Extremadura pide al presidente Vara que reconsidere el proyecto de Regadío en Tierra de Barros por considerarlo “irracional e insensato”
Unidas Por Extremadura tilda de “irracional” e “insensato” el proyecto de regadío Tierra de Barros. Así lo ha afirmado la portavoz, Irene de Miguel, en una pregunta formulada al presidente de la Junta en el pleno de la Asamblea, donde le ha pedido que reconsidere “el proyecto estrella de la Consejería de Agricultura” porque ya hay restricciones al agua de regadío para la próxima campaña.
“La Comunidad de regantes de Mérida -ha dicho De Miguel- ya ha anunciado un recorte del 70 por ciento en la dotación de agua de riego”. La portavoz ha explicado que ese recorte se plantea en el embalse de Alange, que está actualmente al 21 por ciento de su capacidad, “y es de donde se pretenden extraer 43 hm³ para los nuevos regadíos”. “Si el Regadío de Tierra de Barros -ha asegurado- estuviera en marcha a día de hoy no solo estaría comprometida el agua para regar, sino también para el consumo humano, y estamos en diciembre”.
De Miguel ha afirmado además que cada vez son más los agricultores que rechazan este proyecto, para el que hay presupuestado 2,5 millones de euros en el presupuesto del próximo año, “porque hipotecará y condenará su futuro”, debido a la escasez de agua, consecuencia directa de la emergencia climática, pero también a que los cultivos que se pretenden regar son el olvido y la vid, que llevan años con precios a la baja. “El aumento de producción de estos cultivos, que conlleva el regadío, puede complicar aún más el mercado al aumentar la oferta, y no la demanda”, ha dicho.
Es más, la portavoz también ha cuestionado que el regadío genere riqueza y fije población “con una emergencia climática a nuestras espaldas”. Por ello, ha pedido al presidente Vara que su gobierno reconsidere este proyecto y dedique la inversión prevista en Tierra de Barro a potenciar las cooperativas y a mejorar la calidad y la diferenciación de los productos agroganaderos para aumentar el valor añadido.
“El sector agrícola necesita proyectos que mejoren la rentabilidad de las explotaciones y permitan el futuro para las próximas generaciones, y no proyectos con escasa garantía de éxito que no benefician a los agricultores, sino a las empresas constructoras e intermediarias”, ha sentenciado De Miguel.