Pérez Urbán afirma que “la cultura es la paleta de colores de la realidad”
El director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urbán, ha afirmado que la muestra ‘Una herida del tamaño de un dátil’ del artista extremeño Jesús Pizarro es una nueva apuesta por recuperar el discurso contemporáneo en el arte de Extremadura, a la vez que quiere continuar dando visibilidad al trabajo que realizan los artistas extremeños.
“La cultura, el arte, es la paleta de colores de la realidad y debemos estar agradecidos a las personas que dedican su vida a hacernos más feliz la nuestra a través del arte”, ha afirmado Pérez Urbán en la inauguración de esta exposición que podrá verse en la Sala de Exposiciones Santa Clara en Mérida hasta el próximo 29 de noviembre.
Pérez Urbán ha hablado de la necesidad de proteger el arte y a quienes lo hacen posible, al tiempo que ha señalado la necesidad de atender tanto a los artistas que están empezando como a los ya consagrados. Igualmente, Pérez Urbán señaló que “solo unos pocos se dedican a esto (a la creación artística) pero son imprescindibles. Y debemos estar agradecidos a las personas que dedican su vida a hacernos más feliz la nuestra a través del arte”, ha añadido.
Del mismo modo, se ha referido a Pizarro como un artista con el corazón dividido entre la docencia y la creación artística, lo que le confiere una visión más amplia del mundo del arte.
‘Una herida del tamaño de un dátil’ (nombre surgido de una frase de José María Cumbreño para un catálogo de una muestra anterior del artista) “es una serie de composiciones pictóricas solucionadas con técnicas de collages”, ha afirmado Pizarro. “Y, a partir de ahí, creaciones donde la tipografía, los colores estridentes y las formas raras crean un universo que es el que aquí muestro”, ha explicado. Pizarro habla de su muestra como “papeles publicitarios encontrados que voy desgarrando. Y de ahí el paralelismo con la herida”.
EL ARTISTA
Jesús Pizarro estudió Bellas Artes en Salamanca y desarrolla su trabajo en Extremadura, donde además es profesor en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Mérida. Fiel a los temas, a la iconografía y a los métodos empleados, sus cuadros son un tanto enigmáticos y laberínticos, en los que recurre sistemáticamente a las imágenes comerciales, a tipografías extraídas de los ‘mass media’ más próximos y cotidianos, con uso de colores estridentes.
Su obsesión está determinada por la compartimentación y superposición de capas elaborando una muy particular estratigrafía, construida a partir de una maraña de iconos que en espacios y tiempos diferentes se confunden para proponernos diferentes lecturas.
La técnica del collage está presente en su universo plástico. El ensamblaje de telas, papeles o cartones de llamativos estampados o impresos con reconocidos iconos del consumismo occidental desempeñan tanto una función plástica como se constituyen en imágenes metafóricas de aquello que se quiere transmitir al espectador.
El estudio de Jesús Pizarro es un “archivo personal” donde con afán coleccionista acumula álbumes de cromos, cómics, imágenes sacadas de revistas y folletos de todo tipo y embalajes de un ingente banco de imágenes con las que nutre sus obras en un eterno juego de construcción y deconstrucción, que no son sino el reflejo de una mirada irónica y divertida de la sociedad en que vivimos, con una aparente frivolidad que suele encerrar una lectura compleja y repleta de mensajes críticos.