Mientras la Memoria levante ampollas, más necesaria es estudiarla
Casi 150.000 desaparecidos, enaltecimiento de una dictadura y el blanqueamiento de un régimen totalitario que secuestró, torturó, humilló a toda una sociedad; son datos que nos llevan a pensar en un país lejos de Europa lugar donde se combatió el Fascismo en la Segunda Guerra Mundial, pero se trata de España, un país donde el fascismo murió en su cama y que no tuvo una revolución social que moviera los cimientos de un régimen que secuestró a la sociedad española durante más de 40 años.
El proyecto de Ley de Memoria Democrática no puede llegar en mejor momento, con la ultra derecha sentada en las instituciones, se torna más necesaria que nunca.
Condenar la apología del franquismo, reparar el daño moral, social y familiar de las personas que guardan en los cajones condenas injustas y entregar los muertos a su familia para que puedan cerrar su duelo no debería enfrentar a ningún partido político que se llame democrático.
Las cartas están sobre la mesa, Vox ya ha anunciado que va a recurrir la ley al Constitucional, como si hubiera algo de inconstitucional en una ley que lo que quiere es condenar y reparar el daño de los 40 años del régimen dictatorial.
Es el momento del PP, puede mirar de frente y sumarse en esta lucha por los derechos humanos o puede hacer como hasta ahora, ponerse de perfil y mirar para otro lado mientras VOX y otros ultraderechistas siguen blanqueando la época más negra de la historia de España.
Ningún país europeo permite ningún tipo de enaltecimiento del fascismo, aquí sí. Sin ir más lejos, mientras negaban el golpe de Estado del 18 de Julio y se culpaba a la II República y al gobierno elegido democráticamente por las urnas de la Guerra Civil, Pablo Casado callaba y todos saben que quien calla otorga.
El pacto por la memoria debe llegar, debe de dar la dignidad a quien se la robaron, la exhumación del Dictador Francisco Franco, y la próxima exhumación de Primo de Rivera darán pasos para que el Valle de los Caídos deje de ser un recuerdo y un homenaje a estos 40 años, para ser el lugar de la memoria.
España debe condenar sin reparos al Golpe de Estado y al Franquismo y no debe permitir ninguna Fundación ni ningún ente público que haga apología de la época más criminal y sangrienta que tuvo este país.
Hay quien, tras 46 años de la muerte del dictador, siguen pensando que la democracia está escribiendo otro relato histórico, sin saber que la Historia que escribieron los vencedores fue a costa de la sangre de los vencidos, donde ni hubo paz ni concordia, sólo miedo y terror, y eso ni lo ha inventado ni lo ha reescrito la Izquierda de este país.