Los parques extremeños se quedaron huérfanos de risas y alegrías
Los niños y niñas son la alegría de la casa, del barrio, del pueblo y de una región entera, en estos días de confinamiento las ciudades y los pueblos son aún más tristes por la ausencia de los pequeños que llenaban de color sus calles y plazas.
Ellos, los más pequeños, son los grandes olvidados, les cerraron los colegios y las guarderías, lo recluyeron en casa, le quitaron la voz y no pueden ni siquiera salir a comprar el pan. Sus parques, precintados, esperan con ansiedad volver a acoger a los pequeños vecinos y vecinas.
Cuando todo esto comenzó, todos pensábamos que ellos serían los que más sufriesen, sin sus clases, sin sus amigos, sin sus parques, los más pequeños, incluso, sin contacto en esta sociedad virtual a la que los adultos acudimos para no enloquecer en estos días grises, por muy recién estrenada que esté la primavera. Pero nos han demostrado la entereza que a los adultos les falta.
Hoy pensamos que son nuestros grandes héroes y heroínas, nos mantienen los pies en el suelo y nos dan las fuerzas necesarias para afrontar por ellos este mes y lo que hiciera falta de confinamiento; nos dan las fuerzas para jugar, ser sus compañeros, amigos, confidentes y para hacerlos reír aunque a veces la lágrima aparezca y vuelva a esconderse para seguir en pie.
Resisten con la firmeza de un ejército experimentado, muchos sin saber aún el peligro que supone estar en la calle, o que papá o mamá tengan que ir a trabajar y vuelvan con el miedo calado hasta los huesos no por contagiarse, sino por el miedo de contagiar a los pequeños, y tengan que retrasar ese abrazo y beso esperado durante todo el día, hasta que la desinfección nos deje. Resisten sin su mundo, sin sus clases, centros infantiles, actividades extraescolares, parques, amigos, sin teléfonos. Y no sólo resisten, sino que nos están enseñando la lección más valiosa, la salud y la familia no se toca, algo que quizá habíamos olvidado por un tiempo.
Por todos nuestros héroes, las redes sociales hacen un llamamiento para que este sábado a las 18:00 horas los balcones y ventanas se llenen de aplausos para que sepan la grandeza y la importancia de lo que están haciendo.
¡Por ellos!