Extremadura defiende su derecho a aumentar su plantación de viñedos destinados al Cava
El sector vitivinícola vivió una nueva revolución en Extremadura con las plantaciones, elaboración y posterior venta de cavas o vinos espumosos, una nueva oportunidad de crecimiento y desarrollo en el sector agroalimentario extremeño que se enfrentó desde el inicio con las exigencias de Cataluña quien controlaba desde el origen este producto.
Hace unos días, se conoció la propuesta de resolución adoptada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para mantener las restricciones a la replantación de viñedo con destino al cava, dejando sin respuesta a las demandas de la región extremeña debido a su potencial de crecimiento. Una resolución que será recurrida por la Junta de Extremadura para defender los intereses de los agricultores extremeños.
La calidad, los precios competitivos, y cómo no, la situación política nacional ha creado un caldo de cultivo para el crecimiento y aumento de las ventas del Cava Extremeño, consiguiendo más de 6 Millones de botellas vendidas en todo el mundo.
Sin duda estas son unas variables que han permitido que sean muchos agricultores y bodegueros interesados en la replantación de viñedo para cava para hacer frente a una demanda comercial de un producto extremeño que puede estar viviendo uno de sus momentos estrellas.
El Ministerio tiene previsto conceder un aumento de 0.1 ha de nuevas plantaciones y de 377 para replantaciones, de las cuales, a Extremadura sólo le correspondería 15 hectáreas. Una superficie insuficiente si se tiene en cuenta las expectativas de este año donde el potencial de crecimiento permitiría un aumento de 1.000 hectáreas de viñedo en Extremadura. Según informó La Unión de Extremadura.
Estas previsiones de crecimiento van en contra de la resolución del Ministerio, por lo que a los bodegueros extremeños sólo les quedaría comprar cava catalán para embotellarlo en Extremadura y venderlo.
Podría ser una situación que diera la vuelta a la historia de la viticultura de Extremadura, donde durante muchas décadas era conocido como de muchas zonas vitivinícolas de la región salían camiones cisternas llenos de caldos extremeños para ser embotellados y vendidos bajo otras identidades geográficas y ahora se necesitaría comprar caldos de fuera para hacer frente a los compromisos comerciales.