Difama que algo queda

Difama que algo queda es una expresión muy popular en este país de refranes y dichos populares, pero nunca ha sido tan utilizada en la praxis como en las últimas semanas para buscar el descrédito de una persona. Difama que algo queda… decían en los pueblos extremeños y españoles cuando se enfrentaban a algún adversario difícil de vencer.

Las últimas semanas la actualidad política ha estado marcada por la Tesis de Pedro Sánchez y toda la tormenta desatada que se ha creado, parece, para no hablar de otras cosas que sí interesan a la ciudadanía.

La opacidad nunca es buena, y quizá esto dio pie a que algunas líneas editoriales hayan aprovechado para desprestigiar al Presidente del Gobierno incluso antes de que se hiciera pública, de forma digital, su tesis.

En un primer lugar lo acusaron de plagio, para una vez publicada su tesis hablar de autoplagio, que aún no entendemos cómo una persona pueda copiarse a sí misma, como si las ideas y teorías tuvieran fecha de caducidad, también lo acusaron de que no reunía la calidad suficiente, desacreditando no sólo la capacidad de Sánchez sino la de todo el tribunal que calificó su trabajo.

Cierto es que la Universidad Española ha perdido total credibilidad ante la expedición de Másteres que ni fueron cursados ni fueron examinados, o al menos nunca se demostraron. Recordarán el caso de Cristina Cifuentes, ella aseguró haberlo realizado pero nunca los presentó. Un escándalo que le costó una dimisión impuesta por el anterior Gobierno, pues se negaba a abandonar su cargo de Presidenta de Madrid.

En este caso, Pedro Sánchez sí tiene pruebas de que realizó su tesis, y las ha hecho públicas, frente a la no presentación ni declaración de Pablo Casado que se niega a enseñar sus trabajos de ese máster que la investigación judicial ya ha demostrado que tiene serios indicios de ilegalidad, pero ahí sigue.

No en vano la juez veía indicios de delito de cohecho impropio y de prevaricación administrativa y consideraba que no estaban prescritos. Al estar aforado como diputado nacional ante el Supremo, la juez Carmen Rodríguez Madel remitió al Alto Tribunal la parte de la investigación referida al líder del PP.

Y es en esta situación, donde la clásica artillería de la derecha más rancia de nuestro país se pone en marcha, haciendo lo que mejor saben hacer, una oposición política sustentada en líderes de opinión que busca el descrédito personal y político a cualquier coste. Olvidando aquel otro refrán que dice que hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el suyo.

Ahora, eso sí, han cumplido sus objetivos, en uno de los momentos más bajos del Partido Popular, primer partido imputado por corrupción en la democracia, han conseguido desviar la atención a la tesis de Pedro Sánchez para no hablar ni de su corrupción, ni de cohecho ni prevaricación.