Carta de un Ciudadano como reflexión al problema creado en Ucrania en Pleno Siglo XXI por Intereses políticos y de poder
Por Fermín Caraballo
En primer lugar y vaya de antemano, un gran abrazo para todos los ciudadanos rusos de a pie, así como para los ucranianos, estadounidenses, europeos y a todo el mundo de buena voluntad que nos dedicamos cada día a trabajar, cuidar de nuestras familias y a ser lo más felices posible, dentro de las dificultades que la vida nos impone cada día, sorteando obstáculos, pero dando los buenos días a todo el que se cruza en nuestro camino con alegría, ayudando en lo que podemos a los demás, dentro de nuestras posibilidades, bien sea a través de Cruz Roja, apadrinamientos, ONG´s, asociaciones o directamente si el que te necesita lo tienes cerca, o es tu amigo, con toto lo que conlleva esta palabra y esto pasa porque el ciudadano de a pie, piensa, y piensa bien, que es la única manera de que el mundo con todas sus dificultades sea un poco más justo, más libre y un poco más feliz cada día. Pues bien, hace unos días, casi como una broma de mal gusto, nos anuncian todas las televisiones y medios de comunicación, que estamos a punto de entrar en una guerra, nada menos, que Rusia, EEUU y la OTAN, es decir toda Europa, así sin más, como si una guerra fuese un baile de carnaval o algo parecido. Mi humilde mente, no entiende bajo ningún concepto como alguien se atreve ni siquiera nombrar tan nefasta, brutal y antinatural palabra, donde el ser humano se convierte en bestia, sin norte, ni sentido y se prepara, entrena y mentaliza para matar seres humanos, sin mirar que sean hombres, niños, mujer, anciano, etc.
No entiendo, ni creo, que más del 99% de los seres humanos entienda como sin mancharse el pelo y en nombre de no sé qué, cuatro locos, indocumentados, sin corazón, sin conciencia, sin tacto, sin sentimientos, sin comprensión, sin ningún valor en sus sucias entrañas, ni cerebro puedan dedicarse a preparar, predicar, malmeter, azuzar, increpar y presionar a toda una sociedad para que se maten entre sí, ¿puede nadie entender en el siglo XXI esta terrible sin razón? el siglo que debiera ser del conocimiento, el siglo en el que debiéramos centrarnos en trabajar todos juntos para hacer un mundo mejor, en el que el ser humano se esfuerce cada día en libertad, justicia y sentido común para que ese trabajo diario se convierta en sacar al mundo hacía delante, que todos vivamos sin miedo, en paz, en pareja o sin ella, disfrutando y cuidando de todo lo bueno que nos ofrece cada día la vida y la naturaleza, el amor, el sexo, las puestas de sol, las estrellas centelleando en noches silenciosas y claras, la mano de un amigo, las largas charlas y risas en reuniones desenfadadas, las despedidas, las bodas, los mares y sus lindas playas, los monumentos centenarios, los estudios con propósito de aprender y trabajar para el bien común, en armonía, sin presiones , pero con metas sanas para el futuro, el ver a los niños jugar alegres y contentos en cualquier lugar , sabiendo sus protectores madres, padres, abuelos etc., están pendientes pero tranquilos porque nada malo puede pasarle en un ambiente sano y distendido, haciendo deporte aprendiendo técnicas que nos dignifiquen como buenas personas sin hacer daño a nadie.
Apoyen ustedes la investigación, la innovación, los proyectos contra incendios, la cultura, el biogás sacado de todo lo que contamina haciendo un mundo más limpio, el deporte, la sanidad, la economía de los pueblos que se vacían, el ocio sano, la ganadería, la agricultura, las universidades, el trabajo, etc.
Se imaginan la antítesis de todo esto, que es la maldad, sin escrúpulo, el odio, el rencor de por vida, los valores destrozados, la sin razón, la vergüenza de convertirse en alimañas perdiendo el natural sentido del ser humano, pues todo esto está en la nefasta palabra guerra.
¿por quién estamos dirigidos? ¿Es que no tenemos ese gran poder que la naturaleza nos regaló que es el poder de la comunicación, la palabra y el entendimiento? es que por grave que sea el problema ¿no se puede solucionar hablando y dialogando como seres racionales que somos?
¿Es que para solucionar pequeñas diferencias tenemos que inventarnos situaciones dantescas tiñéndolas de dramatismo irreal y embustero, para que nos enfrentemos los seres humanos entre sí, dirigidos desde lujosos despachos donde los deshumanizados mangantes mandatarios busquen una notoriedad desmedida y un protagonismo demoniaco a costa de que nos matemos unos a los otros? ¿Dónde está el sentido común? ¿Dónde está la verborrea barata que estos políticos que pregonan en escandalosas y costosas elecciones que se les llena la boca de que van a trabajar por y para el pueblo? ¿es que los ciudadanos de a pie de los pueblos queremos entrar en guerra? Aquí contesto yo y por todos los que conozco NO ROTUNDAMENTE.
Nadie con sentido común quiere ni siquiera hablar de palabra tan inhumana y aberrante como esta. Entonces, ¿dónde están esos piquitos de oro en época de elecciones que decían querer trabajar por el orden, la justicia, el trabajo, etc. de todos? Esto no va de derecha ni de izquierdas, esto va de sentido común pues una guerra nadie la gana, al contrario todos la pierden porque la sangre que es roja en todos los cuerpos humanos sin distinción se derrama por doquier causando un dolor atroz para el que le toca y para todos los familiares de estos que a su vez crea un ambiente ascendente de venganza hacia los que infringieron este gran dolor creando un remolino en espiral de violencia y rencor que se dura de por vida como hemos podido comprobar en otras nefastas guerras, así como desestabilizando el mundo en todos sus conceptos, economía, trabajo, materias primas, carburantes, alimentos, transportes, producción, etc.
¿es que no hemos tenido bastantes sufrimientos? ¿es que no hemos aprendido nada de estas horribles experiencias pasadas? ¿tan ciego estamos que queremos incitar de nuevo al odio dividiéndonos en razas, fronteras o en formas de pensar como ya hicieron Hitler y otros monstruos como él? Yo que soy un humilde ciudadano centrado en casi todos los aspectos de la vida, me gustaría hablarles con cierta rabia en el parlamento donde se toman las grandes decisiones y convencerles de que cualquier otra decisión sería buena, menos la de la guerra. Que hablen, que convivan unos días que se tomen unos vinos, que procuren hablar de convivencia de la familia, que si pueden se abracen y sientan el calor humano la fraternidad y la amistad, que hablen de poner árboles en las fronteras, merenderos, jardines, parques, etc. que sirva de convivencia entre países vecinos donde jueguen los niños de uno y otro lado, pero que por favor se olviden de las guerras.
Este humilde ciudadano de a pie, que lleva mucha experiencia y trabajo sobre su cuerpo, le gustaría que esta carta llegara a manos de estos dirigentes, por sí pudiera ablandar un poco sus duros corazones. Así que, si están de acuerdo, compártela con estos ciudadanos contrarios a esta barbarie que somos la mayoría, sin menoscabo de las ideas políticas de cada uno, que son muy respetables.